Conducir es una actividad cotidiana, pero también una de las más riesgosas si no se toman las precauciones adecuadas. Cada año, miles de personas resultan heridas o mueren en accidentes que pudieron haberse evitado con medidas simples de seguridad. Adoptar buenos hábitos al volante no solo puede salvar vidas, sino también ayudarte a evitar responsabilidades legales en caso de un siniestro.
Uno de los principios más importantes es usar siempre el cinturón de seguridad. Según la National Highway Traffic Safety Administration, esta medida reduce significativamente el riesgo de lesiones graves o fatales en caso de accidente. Todos los ocupantes del vehículo deben usarlo, sin excepción.
También es fundamental ubicar correctamente a los niños en el asiento apropiado para su edad, peso y altura. El uso de asientos infantiles o elevadores es obligatorio por ley y está diseñado para brindar la máxima protección en caso de colisión.
Otro consejo crucial es conducir siempre sobrio. El alcohol y las drogas afectan la capacidad de reacción, el juicio y la coordinación, aumentando drásticamente el riesgo de provocar un accidente. Las sanciones por conducir bajo la influencia pueden incluir multas, suspensión de licencia e incluso cargos criminales.
Además, la Insurance Institute for Highway Safety señala que evitar distracciones como el uso del celular y respetar los límites de velocidad son prácticas esenciales para reducir accidentes. Mirar el teléfono aunque sea por unos segundos puede tener consecuencias devastadoras.
Seguir estas recomendaciones no solo protege tu bienestar, sino que también puede ser clave en caso de que estés involucrado en un accidente. Si tú cumpliste con las normas de tránsito y el otro conductor fue negligente, tu posición legal será más sólida al presentar un reclamo.
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